De una forma similar a la que ocurre ahora mismo con Pyongyang, no mucha gente visitaba la capital soviética durante los años siguientes a la Segunda Guerra Mundial. Envueltos en el misterio de la división este-oeste, y también por sus mayores controles de movimiento de los turistas, era raro que los occidentales pudiesen apreciar cómo era la vida en el corazón del mundo soviético.
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etiquetas: rusia , soviética , cámara , espía norteamericano
Negativo por sensacionalista hasta decir basta.
Y yo pensando que la agit-prop de los coldwarriors había pasado a la historia...
Los comentarios de las fotos, por otro lado, son patéticos, máxime cuando ya no existe el país-situación que critícan.
El tranvía atravesando el charco es un trolebus.