Imposible no ver las huellas que la ideología y el despecho han dejado en el auto de la Sala Segunda del Supremo que señala a Carles Puigdemont como terrorista
Argumento falaz: No puede no decirlo (?), pues para no decirlo tales jueces deberían ser santos y no hombres. ¿Y si, aunque no fuesen santos, fuesen profesionales?
Que los jueces digan esas barbaridades no es sorprendente en una pseudo-democracia como la española, lo que me parece grave es que haya gente que se considere democrata y lo justifique.