El presidente de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero, aseguró hoy que en los últimos años siete ejemplares de esta especie aparecieron muertos en la Cornisa Cantábrica --uno en Lugo, tres en Asturias y otros tantos en Palencia--, a causa de la colocación de cebos envenenados para eliminar a otros predadores. Aunque puntualizó que estos cebos no son colocados para eliminar a ejemplares de oso pardo, alertó de que provocan una "auténtica masacre" en esta especie en peligro de extinción.
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