En estos 15 minutos de vídeo, posiblemente haya una de las mejores explicaciones que hay sobre este tema para activistas, sindicalistas y militantes de izquierda. Si te interesan debates como el de “La Trampa de la Diversidad”, no te lo puedes perder. Vivek Chibber es profesor de sociología en la Universidad de Nueva York. Es un especialista en imperialismo, teoría marxista, cambios históricos a largo plazo (ciclos económicos), y economía política del desarrollo. Su último libro es “La Teoría Postcolonial y el Espectro del Capital”.
|
etiquetas: socialismo , lucha , de , clases , izquierda , política
De manera bien interesante, la abanderada [de la teoría postcolonial] ha sido un nido de teóricos del Sur asiático y de otras partes del Sur global que han encabezado el ataque. Quizá los más sobresalientes e influyentes de ellos son Gayatri Chakravarty Spivak, Homi Bhabha, Ranajit Guha y el grupo de estudios subalternos, que incluye incluso al antropólogo colombiano, Arturo Escobar, al sociólogo peruano Anibal Quijano y el teórico de la literatura argentino Walter Mignolo, entre otros. Por supuesto, el objetivo más común de sus críticas es la teoría marxista, pero su ira se extiende al conjunto de la herencia de la Ilustración.
Si para algunos defensores de la necesidad de planteamientos universales la publicación de Chibber ha supuesto un revulsivo, para otros, los teóricos postcoloniales, ha sido una provocación ya que consideran que se puede ser un teórico postcolonial y marxista.
Tenemos el discurso de las estructuras de poder transversales, la opresión...
Y claro, parece obvio que si defiendes acabar con esas injusticias es lo moralmente correcto, y eso automáticamente te da una posición moral que defender. Y como todos sabemos una posición moral es indiscutible.
Entonces es cuando los malabares mentales para mantener esa posición se hacen insostenibles. Porque casualidades de la vida, ellos son blancos cisgénero, por lo tanto opresores. Así que viven en un debate constante entre culpa, superioridad moral y lucha con la realidad.
Pero lo importante, que es la lucha obrera, lo que al final beneficia a todos, minorías incluidas, eso no. Porque la white working class, es zafia, inculta y vota derecha. Y ni un atisbo de autocrítica o de por qué ocurre eso. No son capaces de entender que esa masa a la que le están diciendo que votan mal, que hablan mal, que se relacionan mal y que follan mal, están hasta los cojones de traiciones y moralinas.
Que tienen una familia que mantener y una hipoteca que pagar. Y tienen que hacerlo con la educación que han recibido, poca o mucha.
Fin del ladrillo.