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Soy el hijo del miedo: el triste sentimiento que solo entenderán los nacidos en los 80

El sol se pone, asoma el retorno a la rutina y, con él, las conversaciones sobre el nuevo año laboral con sus expectativas, esperanzas y agobios. Se hacen cálculos: ¿nos compensan nuestros sacrificios personales en lo laboral? La cuenta nos sale a perder. Se recuerda que nuestros padres no convirtieron sus empleos en un camino de realización personal. Eso lo hicimos nosotros, los profesionales creativos; para ellos, su realización éramos nosotros. Y en ese maremágnum de sentimientos, me doy cuenta de que estoy solo a la hora de...

| etiquetas: generación perdida , expectativas , miedo , inseguridad

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