He estado leyendo este fin de semana un interesante libro de Fernando Hernández Sánchez titulado Falsos camaradas, en el que se describe en detalle las instrucciones destinadas a los presidentes de mesa del referéndum sobre la Ley de Sucesión de 1947. Esas instrucciones muestran sin tapujos las trampas de Franco para arrasar en las elecciones, para que saliera lo que él quería en el referéndum. Las trampas de Franco para arrasar en las elecciones iban de votar en nombre de otro a hacer un recuento totalmente ficticio.
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Mi abuelo fue a votar a ese "referéndum", muy contento él porque cumplía los requisitos: ser hombre y padre de familia (nada de mujeres, solterones y otras gentes de mal vivir). Al entrar había un señor con cara de mala leche junto a la urna. La cosa fue más o menos así:
- A ver, que pase el siguiente. ¿Usted qué vota? Que sí, ¿verdad?
- Bueno, yo es que, en realidad, quería votar que no.
- Se lo voy a preguntar otra vez: usted quiere votar que sí, ¿verdad?
- Mire, ¿sabe lo que le digo? Que ponga usted lo que quiera.
Y así lo hizo.
Qué significan los votos:
Sí, para que se quede
No, para que no se marche
Lo peor de todo es que está mierda es el puto sueño húmedo de los fachitos, votar poco y con miedo, y votar a lo que ellos manden, por supuesto.
No es que una de las siete leyes fundamentales del franquismo fuera la del referéndum, es que tal y como dice el artículo da igual cual fuese la ley, porque se la iban a saltar descaradamente.
Pero si español, aunque sea parte de esos 26 millones de hijos de puta a fusilar por los muymucho patriotas.
De todas formas, si para defender a franco y sus adoradores tienes que hacer esas comparaciones, flaca defensa estás haciendo.