La falta de información llevó a En Marea, BNG y PSdeG a formular diversas preguntas e iniciativas en el Parlamento de Galicia, el Congreso de los Diputados y el Parlamento Europeo. En las respuestas que se han obtenido, se ha ratificado que ninguna administración u organización interestatal tenía en marcha o planificó ningún programa de supervisión regular del estado de los bidones radiactivos vertidos en la fosa atlántica entre 1949 y 1982, y el efecto de posibles fugas. Cañete asegura que la Comisión señaló a 2019 como objetivo de vigilancia.
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