Vivir en el campo no es siempre sinónimo de tranquilidad. Justa Leguina, residente en el número 96 de Camino Arbolantxa, que se adentra en la zona de Santa Marina, hace muchos años que evita salir de su caserío a primera hora de la mañana. No es que le cueste desperezarse, sino que tiene «miedo a recibir un perdigonazo».
|
etiquetas: bilbao , disparos , cazadores