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La vida sin cerebro es posible

La vida sin cerebro es posible

En el siglo XVI, Francesco Redi (1626-1697), famoso por probar que los insectos no nacen por generación espontánea, descerebró a una tortuga terrestre en noviembre que, en vez de morir, siguió su rutina, aunque sin volver a abrir los ojos. Su herida cerró en tres días y sobrevivió hasta mayo. El experimento se repitió en otros ejemplares con resultados aparentemente similares, aunque hubo casos donde, a pesar de parecer vivos, no lo estaban. En tortugas de agua dulce actuaban de manera similar, pero duraban menos.

| etiquetas: cerebro , decerebración , francesco redi

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