#6 Ni un día sin un titular amarillista antichina. Hay que crear un estado de opinión que permita una guerra. El día menos pensado explota un Maine de USA anclado en Taiwan.
El Senado romano tenía esta figura también, de acordar poderes especiales durante un periodo limitado, en este caso al cónsul, para solucionar una crisis. A los cónsules con esos poderes se les denominaba «dictadores».
#46 En Novecento o mi tío en América, las mismas dos caras, es decir, pone el gesto intensito cuando siente que tiene que actuar y ese es todo su rango interpretativo.
#31 Hay una tercera alternativa: películas que sean buenas a pesar de Gérard Depardieu. Es el caso de Todas las mañanas del mundo, buena película, pero cada vez que sale este actor es como un dolor de muelas. Pone su cara intensa para mostrar que es un genio y trata la viola da gamba como si fuera un martillo hidráulico.
#29#9 He visto muchas películas suyas, muchas son buenas, pero su interpretación no. Puede poner solo dos expresiones faciales: neutra e intensa (también conocida como «¡Estoy actuando!»). No obstante, algunos directores han sabido sacar partido de esas limitaciones y ponerle en papeles a los que les van bien esas dos caras, en cambio, en otras películas, queda ridículo. Algunas de sus películas de la etapa inicial, como Les valseuses (1974), adquirieron estatus de culto instantáneo, y parte de su prestigio recayó en el actor, que no lo merecía por su talento interpretativo. La mayor parte de sus películas ridículas están en la década de los 90 y primeros 2000, cuando le daban cualquier papel, como el agente de Edith Piaf o (dios mío, qué abominación fue aquello) El Conde de Montecristo).
No es un pergamino, sino un papel. Quizá sea una mala traducción de «scroll», es decir «rollo». «Ministro», sin duda, se refiere a ministro de la iglesia (o sea, pastor o sacerdote).
Da gusto ver a las fuerzas del orden luchando por la democracia y contra el antisemitismo. Así impiden que Occidente se convierta en una distopía como China.
#6 Yo creo que los museos no están para generar ganancias económicas. Deberían ser gratuitos, como lo fueron en España durante algunos años y todavía lo son en Inglaterra. El acceso a la cultura debería ser accesible a todos.
En cuanto a dónde deben estar las obras, no tengo certezas. Me ha dado que pensar el caso de Mateo Hernández. Fue un gran escultor de fama internacional que desarrolló la mayor parte de su carrera en París. Llegó a ser muy valorado, incluso recibió la Legión de Honor. Vendió mucha de su obra a colecciones particulares de todo el mundo, especialmente millonarios estadounidenses. No obstante, al morir, tenía muchísima obra en su casa. La regaló toda al estado español, que la arrinconó. Bajo la dictadura era comprensible, por razones ideológicas, pero ahora, fuera de un par de obras que están en el Reina Sofía, el grueso de su producción está en su pueblo, Béjar (Salamanca). Aplaudo que haya mucha obra suya en su pueblo, pero ¿quién la visita? Si no hubiera donado todas al estado español y hubiera dejado algunas a París estarían en el D'Orsay, junto a los otros grandes del periodo y todo el mundo le conocería. Sin embargo, salvo en Béjar es un artista prácticamente olvidado, en París nadie ha oído hablar de él.
Me corrijo: veo que en el la página del Centro Pompidou figura obra gráfica suya y una escultura, se conserva en el depósito de algún museo periférico. Una pequeña traza.
#2 La Dama de Elche la compró Franco al estado francés a cambio de un falso Velázquez. Si hubiera seguido en el Louvre sería una estrella internacional, luego pasó del Prado al Arqueológico, donde pocos van a verla (he ido un par de veces estos últimos años y siempre está bastante vacío, lo cual mejora mucho la experiencia). Si la llevaran a Elche menos todavía la verían. No digo que no deba estar en Elche, pero también tengo dudas. En todo caso, la adquisición fue legal, no por el método británico.