Cuando tenía 15 años invité a un amigo greñudo que me molaba a la casa de la playa. Pero el tío pasaba de mí.
Toda mi familia era del opus, y yo tenia que llevar lo mío con bastante discreción a veces no comprendo cómo no me pillaron nunca cuando les robaba las bragas a mis hermanas más, las llevaba puestas todo el día y en clase de gimnasia y luego las devolvía al cajón.
Lo peor de todo es que el domingo después de misa había una carrera y yo tenia planeado cogerlo en algun lugar apartado y ponerlo mirando a Benicassim, pero el pobre se puso malo y se tuvo que quedar en casa toda la mañana.
Recuerdo que al volver ya se encpntraba mejor, pero le olía la nariz a canela y en las cortinas habia unas manchas que nunca hemos conseguido que se fueran del todo.
Tendría 15 años, no más. Granos en la cara, callos en las manos. Un amigo me invitó un finde a su casa de verano. En un pueblo de mar. Mi colega tenía tres hermanos pequeños y dos hermanas mayores. Toda la familia era del Opus.
Las hermanas estaban tremendas. Con la distancia que dan los años, igual no estaban tan buenas, pero eran veinteañeras que se cambiaban, duchaban y hablaban en la misma casa en la que yo estaba. Lo nunca visto. Así que en mi mente, las recuerdo como tremendas.
La madre se puso muy pesada en que el domingo, después de misa, había un carrera de no sé qué mierda. Llevaba con la matraca desde el viernes por la noche.
Y llegó el domingo, y al despertarme dije que me encontraba muy mal, y que si me podía quedar en la casa. Accedieron, claro, qué iban a hacer?
Y esa fue mi oportunidad. Me fui al cajón de la ropa interior de la hermana más buenorra a oler bragas.
Hoy sé que debería haber olido las usadas, de la madre, claro, pero en aquel entonces me bastó para jalarme el gansito con un trozo de tela recién lavado.
El plan perfecto: si se te caía un pelo siempre podía pasar por púbico
Toda mi familia era del opus, y yo tenia que llevar lo mío con bastante discreción a veces no comprendo cómo no me pillaron nunca cuando les robaba las bragas a mis hermanas más, las llevaba puestas todo el día y en clase de gimnasia y luego las devolvía al cajón.
Lo peor de todo es que el domingo después de misa había una carrera y yo tenia planeado cogerlo en algun lugar apartado y ponerlo mirando a Benicassim, pero el pobre se puso malo y se tuvo que quedar en casa toda la mañana.
Recuerdo que al volver ya se encpntraba mejor, pero le olía la nariz a canela y en las cortinas habia unas manchas que nunca hemos conseguido que se fueran del todo.
@paumal
Se nota que estás haciendo balance por si no sales de ésta.
Las hermanas estaban tremendas. Con la distancia que dan los años, igual no estaban tan buenas, pero eran veinteañeras que se cambiaban, duchaban y hablaban en la misma casa en la que yo estaba. Lo nunca visto. Así que en mi mente, las recuerdo como tremendas.
La madre se puso muy pesada en que el domingo, después de misa, había un carrera de no sé qué mierda. Llevaba con la matraca desde el viernes por la noche.
Y llegó el domingo, y al despertarme dije que me encontraba muy mal, y que si me podía quedar en la casa. Accedieron, claro, qué iban a hacer?
Y esa fue mi oportunidad. Me fui al cajón de la ropa interior de la hermana más buenorra a oler bragas.
Hoy sé que debería haber olido las usadas, de la madre, claro, pero en aquel entonces me bastó para jalarme el gansito con un trozo de tela recién lavado.