Hace decadas ya lo dijo Maslow con su famosa pirámide.
El dinero puede asegurar las necesidades básicas, pero no garantiza las necesidades más complejas como las sociales, la estima y la autorealización.
Lo que hay que promover es que los niños y niñas se integren ya desde la infancia y no se hangan distinciones a la hora de jugar.
Dicha íntegración la deberían efectuar los profesores impidiendo que se dividan por sexo a la hora de jugar. De esta forma se evitarían posteriores roles.