Arabia Saudí le ha visto las orejas al lobo. El mayor productor mundial de petróleo sabe que tiene un problema a corto y medio plazo. No tanto por el agotamiento de sus reservas, aún muy abundantes, sino porque el modelo energético de media humanidad ha tomado un rumbo distinto al de los combustibles fósiles, uno ya inamovible. Si Arabia Saudí quiere seguir siendo un actor relevante en el futuro necesita reconvertirse. Y para ello ha puesto sus miras en el hidrógeno renovable.
|
etiquetas: arabia saudí , petróleo , futuro , hidrógeno , fábrica , energía