Actualidad y sociedad
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Los fascistas también lloran

No por fascista deja uno de tener sentimientos. Especialmente hacia uno mismo. Los más grandes del género son un buen ejemplo de esto. En sus últimos días encerrado en un búnker, Adolf Hitler se quejaba por la contundencia de las bombas aliadas cayendo sobre Berlín. ¡Por San Auschwitz bendito, Eva! ¡No había visto tanta violencia en mi vida! En el caso de Augusto Pinochet pudimos ver su desfachatez televisada. Un golpe de Estado y miles de asesinados, desaparecidos y torturados después, el dictador chileno invocó los derechos humanos para sí

| etiquetas: fascistas , sentimientos , desfachatez , derechos humanos
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menéame