Hace un par de meses, The Wall Street Journal se preguntaba qué tenían en común una estrella de Hollywood, un medallista olímpico y un investigador de longevidad de Harvard. La respuesta era su “obsesión” por el control de la glucosa y los sensores que la monitorizan. Nace así una preocupación más que sumar al interminable listado de neuras existentes, que ha hecho a algunos preguntarse si la glucosa es el nuevo gluten. También se habla de los sensores como el último símbolo de estatus que –de no ser cubiertos por la SS– cuestan 1440 euros/año.
|
etiquetas: sensores , glucosa , símbolo , estatus , justificado , diabéticos
Desde mis 36 años de diabético insulinodependiente: que venga San Darwin y se los lleve!
#3 ¿No jodas que es por eso? Ya había oído de gente que lo usaba para el gimnasio, pero no me imaginaba que el desabastecimiento que hemos tenido sea por este motivo. Mi mujer sin fiasp durante dos semanas. Hemos tenido que volver a novorapid, que es una mierda para ella, ya que le dan picos glucémicos. Qué vergüenza.
Yo no sé si son imbéciles comprando las cosas que necesitamos o las farmacéuticas desviando productos a países más lucrativos...
La pena es que todos esos mierdas no revienten de una puta vez.
www.alimente.elconfidencial.com/bienestar/2023-11-07/problemas-de-sumi