Como buen ser vivo complejo, el cuerpo humano es un sistema regulado con sumo detalle. Los valores de hidratación, temperatura, pH, oxigenación y nutrientes, entre muchos otros, deben estar perfectamente definidos entre ciertos rangos para que la supervivencia sea posible, es lo que llamamos homeostasia. Pero, ¿cuánto tiempo o hasta qué grado podemos resistir la alteración de una de estas variables sin caer en los brazos de la muerte? Lo primero que tenemos que tener en cuenta es el papel de la variabilidad humana en los extremos...