Lo que más me gusta del interiorismo es ver “el antes” y el “después” de los proyectos.. Es impresionante que cuando llegamos a un espacio (casa, local u oficina) y vemos el estado actual, enseguida estamos mirando los rincones, viendo las posibilidades y ya pensando en algo nuevo que en nada se parecerá al anterior. El valor añadido es aún mayor si la labor a realizar consiste en decorar espacios pequeños. Todo es distinto cuando el espacio es muy limitado, hasta el tamaño y tipo de muebles. Esa es la magia del interiorismo.