Inicialmente se hinchará [el Sol] para convertirse en una gigante roja, luego empezará a expulsar sus capas exteriores, quedando solo el núcleo, que finalmente también colapsará para convertirse en una enana blanca, el cadáver de nuestra estrella. Paralelamente, algunos de los planetas interiores (Mercurio, Venus y quizá la Tierra) serán destruidos y sus restos se unirán a la materia expulsada por nuestra estrella. En New Scientist han publicado una galería de fotos de nebulosas planetarias, una muestra de en que se convertirá nuestro sistema.