La separación de lo religioso y de lo político representa un progreso de la Humanidad hacia el respeto del Individuo, de su libertad de escojer, de sus creencias o de su ausencia de creer y de su derecho a cambiar. En los lugares donde el Laicismo no es reconocido, las libertades de conciencia y de expresión son ridiculizadas, despreciadas, el derecho de las mujeres no existe o son en retroceso, la igualdad de derechos entre las mujeres y los hombres es negada. El Laicismo se ve atacado a la vez por todos los fanatismos religiosos.