Si pensamos en la ciudad de Los Ángeles, lo que se nos pasa por la cabeza son interminables avenidas, anchas como ríos y con tráfico continuo las veinticuatro horas del día que invitan a casi cualquier cosa menos a caminar. En LA se usa el coche para cruzar la calle. Pero eso no quiere decir que sus dieciocho millones de habitantes estén contentos con este modelo. En Narrow Streets: Los Ángeles, David Yoon, un justiciero del urbanismo, se dedica a mostrar algunas de las avenidas de la megalópolis convertidas en calles de dos carriles.