edición general
  1. @adson @neotobarra2 @Feindesland Multinacionales y nazismo, una historia de amor 'socialista'. Un ejemplo rápido: los tatuajes de los internos en los campos nazis se hacían con tinta Pelikan, que no era ni un koljós, ni un soviet, ni siquiera una vulgar cooperativa. Era otra gran empresa más cuyos dueños estaban muy felices con el orden y la estabilidad que Hitler le había traído a Alemania.

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