@yerena ¿Se puede dejar de escribir? Supongo que cuando no hay una motivación externa (lectores) tiene que haberla interna.
¿Escribir no es un placer, no disfrutas cuando estás centrada en darle al teclado, creando (en mayúsculas), posibilitando otros mundos solo con una sucesión de unos pocos símbolos? Supongo, claro, que es distinto hacer una cosa cortita, por la satisfacción de soltar en un papel o una pantalla alguna idea, a tirar de una historia que cada vez va pesando más y sientes como una obligación.
Es verdad que hay rachas. Pero las etapas de silencio a veces son un barbecho necesario. Coge uno rápido el pulso después, además.
No sé ni qué te quería decir, pero... Supongo que ya lo dije.
@pusilaniman@Arke Os enlazo con @Golan_Trevize porque él ha explicado muy bien lo que suponía para mí escribir en los últimos tiempos: un sufrimiento. Por exceso de inseguridad, por exceso de perfeccionismo, por falta de autoestima... A saber porqué, pero hace ya mucho tiempo que no siento la ligereza en la mente a la hora de sentarme a escribir, o aquel estado de gracia con el que llenaba hojas y hojas (la mayor parte de las veces de basura, pero entonces no me importaba nada).
Y por supuesto que escribo cosas que me gustan a MÍ, de principio. Pero cuando te tiras un año y medio para acabar un único capítulo, cuando has borrado y vuelto a borrar y has escrito mil versiones del mismo, te cansas. Y te frustras. Y si encima tienes la sensación de que a nadie le importa (porque uno escribe para sí, en principio, pero también para que le lean, no nos engañemos), pues...
Será algo temporal, será algo definitivo. Pero no creo que sea buena idea emperrarme en escribir cuando, hoy por hoy, si me siento a hacerlo siento algo desagradablemente cercano a la ansiedad.
Al hilo de un comentario de @yerena y posible conversación en el nótame durante la jornada de hoy (no estoy completamente seguro), me gustaría haceros una consulta.
Edito: Confirmo que hubo conversación al respecto en el nótame: @yerena
Entiendo lo que dices. Es cierto, si el acto de escribir no provoca placer (más allá del sacrificio que supone; son dos cosas compatibles), es mejor dejarlo estar. Es a lo que me refería con el barbecho. La experiencia literaria quizá se puede conseguir entonces por otras vías. Yo disfruto analizando los hechos cotidianos como algo "escribible", aunque después no encuentre la ocasión o la motivación. También he pensado muchas veces en lo que dice @Golan_Trevize , que como lector se disfruta más (o quizá de distinta manera, no sé) y en lo que tardamos en escribir diez líneas propias podríamos tener leídas treinta páginas de otro.
Mira, yo mañana empiezo un taller de escritura. Cuarto año consecutivo, porque me ayuda a ver la cosa de escribir desde puntos de vista inesperados y estimulantes y salgo siempre con las pilas cargadas. Eso sí, todavía soy incapaz de escribir algo largo (la extensión no es un fin en sí, pero sí necesaria para alguna historia que me ronda).
¿Escribir no es un placer, no disfrutas cuando estás centrada en darle al teclado, creando (en mayúsculas), posibilitando otros mundos solo con una sucesión de unos pocos símbolos? Supongo, claro, que es distinto hacer una cosa cortita, por la satisfacción de soltar en un papel o una pantalla alguna idea, a tirar de una historia que cada vez va pesando más y sientes como una obligación.
Es verdad que hay rachas. Pero las etapas de silencio a veces son un barbecho necesario. Coge uno rápido el pulso después, además.
No sé ni qué te quería decir, pero... Supongo que ya lo dije.