edición general
  1. Mi padre ha estado jodido últimamente. Le han puesto un marcapasos y ahora está de puta madre.
    Hoy hemos acabado hablando de Dios y los dos hemos llegado a la misma conclusión: entre Dios y los marcapasos nos quedamos con los marcapasos.
    He estado leyendo la historia de los marcapasos y me ha conmovido. No puedo evitarlo. Me pasa cada vez que tengo que ir al hospital por algo. No soy de llorar por noticias de enfermedades propias ni ajenas, pero cada vez que salgo de un hospital, salgo tan conmovido por el logro colectivo de un sistema de cobertura sanitaria universal y por la profesionalidad de los trabajadores sanitarios que me hecho unas lloradas impresionantes.
    Supongo que es un sentimiento análogo al que mucha gente puede experimentar cuando lee la Biblia o gana su equipo.

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