edición general
  1. Ayer de vuelta a casa vi como un gatete de unos 5 meses se caía de un árbol y se quedaba en el suelo aterrado, convulsionando y sacando espuma por la boca. Solo me duró 5 minutos en los brazos antes de que muriese. No llegué a tiempo ni de coger un taxi para ir a algún veterinario. Y, de hecho, notaba cómo se me iba muriendo a medida que pasaban los minutos. Sabía perfectamente que no iba a llegar.

    La impotencia que uno siente cuando ve que la vida de otro ser se le escapa de las manos es abrumadora. Y a veces, me maldigo a mi mismo por ser tan sensible con los animales. La mayoría de gente que conozco no estaría ni la mitad de mal que como estoy hoy yo. El nudo en la garganta que tengo es importante. :-/ :-/
  1. @zeodryen Te comprendo bastante bien. Hace unos años, un día de invierno, se empezaron a oir desde la oficina unos maullidos lastimeros. Bajé a la calle y ví un gatillo chiquitín, más o menos del tamaño de un brick. Intenté cogerlo pero no se dejó. Estuve más de media hora siguiéndolo, intentando atraerlo con leche, intentando cogerlo, pero no hubo forma. Al día siguiente me lo encontré. Muerto. Debió morir de frío durante la noche. En ese momento me maldije a mí mismo por no haber sido capaz de cogerlo y maldije a ese estúpido gato por no dejarse ayudar. En ese momento lloré y aún me saltan las lágrimas cuando lo recuerdo. Life sucks.

    @lamonjamellada
    1. @Wayfarer @zeodryen En una ocasión vi un gatete siamés junto a una zona comercial, en una zona ajardinada. En ese momento no podía parar porque iba con prisa. Volví al cabo de un rato a por él y el gatito había sido atropellado. Nunca me lo perdonaré. Lloré.

      menéame