@zeodryen
Yo, sacando toooda la comprensión que puedo, le digo: "¿Por qué me escupes? No tienes que escupirme.". A lo que él me pregunta: "¿Por qué?. Entonces, yo sonriendo le digo: "Porque somos amigos". El niño, que en ese momento pareció darse cuenta, se fue arrepentido de su acto.
Después de llamar a la poli (que por supuesto no apareció...) y a mi chica (que vino a por mi en 5 min), una profesora me ofrece un vaso de chicha (una bebida dulce típica a base de maíz), otra señora que vendía polos caseros me da uno para que me refresque, y una tercera le dijo a su marido que me llevase en su moto-taxi a donde iba inicialmente. Todo eso mientras una muchedumbre de niños me preguntaba cosas sobre mi país y sobre mi rojez de piel por el sol.
Finalmente, nos despedimos de tanta hospitalidad espontánea y una mujer le dice a su marido, que tiene un moto-taxi, que nos lleve a nuestro destino. Al llegar, este señor se niega en rotundo a cobrarnos el precio de la carrera.
Acabé con una mezcla de sentimientos, entre la cabronez de la gente que te quiere quitar lo tuyo por necesidad y la gente que te ofrece lo poco que tiene para intentar ayudarte después de un momento difícil.
Yo, sacando toooda la comprensión que puedo, le digo: "¿Por qué me escupes? No tienes que escupirme.". A lo que él me pregunta: "¿Por qué?. Entonces, yo sonriendo le digo: "Porque somos amigos". El niño, que en ese momento pareció darse cuenta, se fue arrepentido de su acto.
Después de llamar a la poli (que por supuesto no apareció...) y a mi chica (que vino a por mi en 5 min), una profesora me ofrece un vaso de chicha (una bebida dulce típica a base de maíz), otra señora que vendía polos caseros me da uno para que me refresque, y una tercera le dijo a su marido que me llevase en su moto-taxi a donde iba inicialmente. Todo eso mientras una muchedumbre de niños me preguntaba cosas sobre mi país y sobre mi rojez de piel por el sol.
Finalmente, nos despedimos de tanta hospitalidad espontánea y una mujer le dice a su marido, que tiene un moto-taxi, que nos lleve a nuestro destino. Al llegar, este señor se niega en rotundo a cobrarnos el precio de la carrera.
Acabé con una mezcla de sentimientos, entre la cabronez de la gente que te quiere quitar lo tuyo por necesidad y la gente que te ofrece lo poco que tiene para intentar ayudarte después de un momento difícil.