Porque claro, llevarte a las tías buenas que te molan a la acera de enfrente (literal) para ligar con ellas, para así poder saltarte código de conducta de los eventos profesionales a los que te invitaban es de lo más... profesional. Igual que repartir tarjetas para ligar de manera indiscriminada. Vamos, todo ello cosas muy pertinentes, que dejaban en un muy buen lugar su postura y a la organización (va a ser que NO).
Parece que a quien hierro mata a hierro muere.
¿Cómo terminará el culebrón?
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