edición general
  1. Los ancianos más sabios salvaron el referendum. Palillo en boca, desde los bares, y con memes y vídeos de 5 o 10 segundos en las redes sociales, convencieron a suficiente gente de la opción a votar. Mientras los más jóvenes eran apalizados por los antidisturbios en las principales plazas del mundo con un efecto muy limitado en la intención de voto.

    Habían visto el desarrollo de los eventos en las crisis de 2008 y 2021, y la tercera guerra mundial, sabían a dónde llevaría el voto por el "no", y fueron capaces de expresarlo de forma convincente y frases breves que calaran en una población incapaz de mantener la concentración por más de 20 segundos o de cualquier pensamiento en profundidad. Ése sería el último referendum, que daría el control a un algoritmo auto-actualizado, centrado en la maximización de la calidad de vida y el número de habitantes.

    Poco después, el algoritmo llegó a la única conclusión posible: creó naves-mundo, todas diferentes, cada una con una copia de sí mismo, millones de personas, y una cultura diferente, que maximizara el bienestar con las preferencias innatas de su acervo genético, y las dispersó hacia las galaxias más cercanas.

    #ficciónnotanbreve

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