@eu.gênio, me puedes llamar cuñado, o lo que gustes, ya ves tú. De todo el comentario te quedas con la anécdota del coche autónomo, para el que propones como solución un modelo de micropago por uso en una tendencia muy acusada en estos tiempos: sustituir la fe en Dios por la fe en la tecnología. Por un lado pensando que ésta nos pudiera librar de cualquier estupidez que como sociedad global cometamos y, por otro lado, desechando el componente psicológico que tiene el consumo y la propiedad privada en la sociedad actual.
Si el mundo fuera ese dechado de racionalidad tecnológica que pareces querer pintar, no tendríamos coches de ningún tipo, usaríamos el transporte colectivo, mejor aún que el coche autónomo, o nos desplazaríamos pedaleando en pequeñas bicicletas con motorcito eléctrico que habría disponibles gratuitamente por las ciudades, viviríamos en complejos habitacionales compartidos entre varias familias donde se aplicaría una economía colectiva, que redundaría en el benificio de la mayoría, y no acapararíamos material tecnológico sino que haríamos uso del mismo en espacios públicos como bibliotecas o centros sociales ...
@eu.gênio, esa noticia que mandé entra dentro del modelo del Green New Deal y la mandé para abrir debate sobre ello, no para aceptar como una verdad indiscutible que es la solución al problema.
No obstante, no me va la vida en convencerte de nada. Tú piensas que estoy equivocado porque pienso que hay un problema político y social en el modelo de consumo actual, sobre todo en los países emergentes encabezados por unos 400 millones de chinos "acomodados", y que la tecnología, por sí misma, no creo que lo vaya a solventar.
En definitiva, puede que estés en lo cierto, y la tecnología lo solucione todo, pero a día de hoy no lo comparto. Ya nos enteraremos.
Si el mundo fuera ese dechado de racionalidad tecnológica que pareces querer pintar, no tendríamos coches de ningún tipo, usaríamos el transporte colectivo, mejor aún que el coche autónomo, o nos desplazaríamos pedaleando en pequeñas bicicletas con motorcito eléctrico que habría disponibles gratuitamente por las ciudades, viviríamos en complejos habitacionales compartidos entre varias familias donde se aplicaría una economía colectiva, que redundaría en el benificio de la mayoría, y no acapararíamos material tecnológico sino que haríamos uso del mismo en espacios públicos como bibliotecas o centros sociales ...
Luego nos despertamos.