edición general
  1. @nilien, mis dos céntimos.

    Puntualmente me mezclo en oposiciones. Me parecen un buen ejemplo de mucho temario y poco tiempo. He sido tanto preparador de los opositores, como asesor del tribunal. Pero mi postura es siempre la misma: el temario es el temario (el "conceto" es el "conceto"). ¿Esto en qué se resume? Pues que una cosa es lo que yo, u otro, te expliquemos y otra cosa, bien distinta, lo que tengas que saber.

    Un epígrafe, real, de lo mío puede ser "Metodologías de Análisis y Gestión de Riesgos". No se detalla más.

    Si soy profe, de esto puedo hablar 30 minutos o 30 días, pero a mí me tiene que dar igual. Yo tengo que hablar p.ej. "5 horas" y tengo que aportar el "mayor valor" al alumno: sintetizo lo general, profundizo en las claves, etc. Pero el alumno debe saber, y lo sabe, que en esas 5 horas no está todo, ni mucho menos, luego queda su trabajo fuera de la clase, las lecturas, el profundizar por su cuenta, etc.

    Por contra, si asesoro al tribunal preparando el examen, debo buscar un examen que permita valorar tanto al que ha estudiado para hablar 30 minutos, como para el que ha estudiado para hablar 30 días.

    No sé si me explico, o todo lo contrario.

    menéame