@angelitoMagno me he cruzado dos veces con Adolfo Domínguez estando por Ourense. Las dos veces me miró a los ojos brevemente y me sentí como en el Juicio Final. El cabrón tiene una expresión que parece que ve lo peor de tu alma y te lo escupe a la cara con su rostro inexpresivamente hostil. Adolfo, yo lo sé, pero ¿cómo lo sabes tú? Tú no estabas, no estabas allí, en todos esos retales de vida en los que he sido un ser vulgar, tan rastrero, tan indigno, avergonzado de estar en tu presencia. Oh, Adolfo, no me juzgues así. Soy una alimaña. PERDÓNAME ADOLFO.
Y eso que una vez él iba en bañador.
Y eso que una vez él iba en bañador.