Solo voy a decir algunas cosas en torno a la amenaza fascista que se nos lleva echando encima un tiempo. Ya dije hace mucho (y acerté), que estaba orquestada desde fuera, por mucho que se vistan de nacionalistas españoles, tienen capital, tácticas e intereses de mercados extranjeros. Así que de patriotas nada, estos son más "rusos"que trump.
Eso por un lado. Por el otro, ante la estrategia de enmierde, desafección, frustración, crispación y miedo, mucho Serrat. Mucho Beltot Bretch. Mucho de artistas que sobrevivieron a las crisis y a los fascismos. Y de los que no sobrevivieron también: hemos de aprender a vivir como queremos que el mundo sea, no como de feo nos lo quieren poner. Sólo con esto en mente venceremos al odio. Os dejo el meneo de Serrat cantando a Miguel Hernández.
Y toda la amabilidad de Bertolt Bretch, que lo explica mucho mejor que yo:
A los hombres futuros.
(...)
Cambiábamos de país como de zapatos
a través de las guerras de clases, y nos desesperábamos
donde sólo había injusticia y nadie se alzaba contra ella.
Y, sin embargo, sabíamos
que también el odio contra la bajeza
desfigura la cara.
También la ira contra la injusticia
pone ronca la voz. Desgraciadamente, nosotros,
que queríamos preparar el camino para la amabilidad
no pudimos ser amables.
Pero vosotros, cuando lleguen los tiempos
en que el hombre sea amigo del hombre,
pensad en nosotros con indulgencia. "
y os recomiendo encarecidamente que leáis el poema entero, aquí:
Eso por un lado. Por el otro, ante la estrategia de enmierde, desafección, frustración, crispación y miedo, mucho Serrat. Mucho Beltot Bretch. Mucho de artistas que sobrevivieron a las crisis y a los fascismos. Y de los que no sobrevivieron también: hemos de aprender a vivir como queremos que el mundo sea, no como de feo nos lo quieren poner. Sólo con esto en mente venceremos al odio. Os dejo el meneo de Serrat cantando a Miguel Hernández.
www.meneame.net/story/joan-manuel-serrat-libertad-directo-1975
Y toda la amabilidad de Bertolt Bretch, que lo explica mucho mejor que yo:
A los hombres futuros.
(...)
Cambiábamos de país como de zapatos
a través de las guerras de clases, y nos desesperábamos
donde sólo había injusticia y nadie se alzaba contra ella.
Y, sin embargo, sabíamos
que también el odio contra la bajeza
desfigura la cara.