@jorgito Eso en teoría, no creo que el cura vaya a rechazar un fajo de billetes en negro, realmente pienso que lo único que puedo hacer es llamar de vez en cuando a la iglesia y preguntar si han bautizado a la niña cuando tenga la sospecha.
La bautizaría satánica, pero no quiero que cuando la echen el agua bendita por encima a mis espaldas, se queme.
@Hojaldre Si llamas a la iglesia, también puedes hablar tú con el cura primero. Y decirle que en principio te gustaría que la niña decidiera por sí misma cuando sea mayor, y que no quieres que se le bautice.
@Hojaldre La que dice @pert0 es una vía que vale la pena explorar.
De cualquier manera, yo apostaría por empezar con lo que proponen @jorgito y @lamonjamellada. Hablar de forma clara y tajante con el cura del lugar al que sospechas que irían y con los abuelos y familia en general. Yo empezaría por el cura: iría a verle y antes de decirle el motivo real de la visita le preguntaría si es posible bautizar a un niño sin los progenitores (o sin uno de ellos) presente, lo que conteste ya te dará pistas de las posibilidades que van a tener si van. Entonces le cuentas la situación y le dejas claro que no cuentan con tu consentimiento y que de ocurrir te plantearás recurrir a la justicia. Puedes hacer eso tanto en la parroquia como en el obispado. Luego también puedes seguir la vía de la monja y hablarlo con los suegros y dejarles bien claro que te niegas a bautizar a tu hija y que no tienen tu consentimiento para tal cosa. Yo creo que sólo lo haría si tengo muy clara la sospecha de que se plantean hacerlo a escondidas o si intentan deslizar el tema en alguna conversación. Más que nada por si no se lo han planteado y al decirlo les das ideas, aunque no creo.
@jorgito@Hojaldre El problema es que pueden llevar a la niña a cualquier parroquia, y seguro que más de un cura la bautiza encantado. Hace unos años salió un caso así, creo que aquí en menéame. Los abuelos bautizaron a la criatura durante un fin de semana en que estaban cuidando al nieto...
La bautizaría satánica, pero no quiero que cuando la echen el agua bendita por encima a mis espaldas, se queme.