Colega (de profesión) al que respeto muchísimo y que considero como a alguien muy, pero que muy bueno en lo suyo me deja ayer en Linkedin una reseña estupendérrima poniéndome por las nubes.

Mi síndrome del impostor susurrándome al oído: "No te creas ni media palabra, seguramente haya tirado de una plantilla genérica. Además, seguro que lo ha hecho porque sabe o sospecha que te largan y ha querido escribir unas palabras amables al abuelo a ver si consigue engañar a otra empresa un par de añitos y se acerca a la jubilación..."

Y voy a tener que bautizar a mi síndrome a este paso (Simpy?) pero es que creo que, aunque sus tácticas son de diablillo corruptor de quinta regional, en el fondo tiene razón, el muy cabronazo.