edición general
  1. @LaResistance todo te abre puertas, pero no las mismas. Hay que escoger y ser coherente.

    A mí siempre me han hecho gracia los gatos cuando hacen algo para que abras una puerta y después no la cruzan, a menudo se plantan delante, lo que demuestra que querían la puerta abierta pero no para cruzarla.

    Hay que aprender a ignorar las puertas que no nos convienen o no nos interesan; y aún más importante es ignorar a los gilipuertas, que no son pocos.

menéame