Que a ver, mi opinión es que en centros públicos la religión debería quedarse en la puerta. Ni asignatura, ni emblemas, ni, consecuentemente, menús especiales.
Pero claro, es que en centros públicos hay religión como asignatura, y ahí pues ya la has jodido, porque se cae la taxatividad.
PS: recordemos, pa más joda, que los profes de religión están puestos a dedo.