edición general
  1. A media noche la pena y la derrota.
    Cuando atardece la desilusión.
    Cuando se nos muere la risa como el sol.
    Cuando se nos apaga una llama que hemos cuidado tanto para alumbrarnos en la tiniebla inevitable, es consolador y entusiasmante recordar que:

    SIEMPRE HAY UN MAÑANA.

    Buenos días... sí, estoy un poco flojo...

menéame