En la mayoría de los centros, sin recursos, sin partida económica para mantenimiento de equipos obsoletos que dependen del criterio único de un superusuario que decide qué puedes usar y qué no, todo esto queda relegado a la buena voluntad y al tiempo fuera de horario que los docentes quieran destinar por el bien de sus estudiantes lo que, además, crea centros con distintas "velocidades" según materias e, incluso, según qué profesor imparta en un grupo. La carga administrativa suplementaria para fiscalizar las actividades, tampoco ayuda. Queda mucho por hacer.
Una cuestión. ¿Con qué criterio se programarán estos coches frente a un accidente si tenemos tantos datos que podría evaluarse las consecuencias de un choque frontal, por ejemplo? ¿Aceptaría que mi coche me estrelle porque, según sus cálculos, la opción óptima es que sólo me mate yo porque produce menos víctimas? Esto habrá que regularlo pero creo un problema ético de narices.