En mi infancia hubo en mi casa una granja avícola mediana. Mi madre, que era la que la llevaba, decía que son muy inteligentes y delicadas. Siempre se ponía la misma ropa para ir al gallinero porque se dio cuenta que el día que llevaba una bata diferente ponían menos huevos e incluso peleaban entre ellas. Les gusta la rutina.
Estamos asistiendo a grandes avances tecnológicos que van acompañados de una gran insatisfacción y un importante retroceso en lo social, todo ello provoca un gran desasosiego en las personas que dan lugar a problemas mentales. El mundo avanza cada vez más descompensado.