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El contraste es sorprendente. En EE.UU., las muertes por drogas son estremecedoramente comunes, matando a unas 112.000 personas al año. En Portugal, a veces pasan semanas en todo el país sin que se produzca una sola sobredosis mortal.
Portugal tiene aproximadamente la misma población que el estado de Nueva Jersey. Sin embargo, mientras que en Nueva Jersey se producen casi 3.000 sobredosis mortales al año, en Portugal la media ronda las 80.
Una crisis de opiáceos y un giro hacia la curación
¿Qué ha cambiado en Portugal? A finales de los años 90, el país se enfrentó a una explosión del consumo de heroína. La droga causaba unas 350 muertes por sobredosis al año y desencadenó una oleada de VIH/SIDA y otras enfermedades relacionadas con las agujas sucias.
Los dirigentes portugueses respondieron abandonando el modelo estadounidense de guerra contra las drogas, que daba prioridad a las incautaciones de estupefacientes, las detenciones y las largas penas de prisión para los delincuentes.
En su lugar, Portugal centró los escasos fondos públicos en la atención sanitaria, el tratamiento de la drogodependencia, la formación para el empleo y la vivienda. El sistema, integrado en el sistema nacional de salud financiado por los contribuyentes, es gratuito y relativamente fácil de utilizar.
Estudió el cerebro de las aves, los hábitos de tejedura de las arañas, el crecimiento de las hojas de la vid y por qué los hormigueros fingen la muerte. Trabajó como voluntario en el Observatorio de Cincinnati. Descubrió nuevas especies de invertebrados acuáticos. Pero los insectos eran su gran amor. Construyó elaborados aparatos y pintó minuciosamente diminutos discos de cartón para realizar los primeros estudios controlados sobre la visión de los colores y el reconocimiento de patrones en las abejas melíferas, desmontando el dogma científico de su época al demostrar que las abejas ven colores y crean "imágenes de memoria" de su entorno. Iluminó las diferencias de sexo en la inteligencia de las hormigas, reflexionando que "los machos parecen incapaces de resolver incluso los problemas más sencillos". Arrodillado pacientemente durante horas, construyó intrincadas carreras de obstáculos y laberintos para estudiar cómo doce especies distintas de hormigas navegaban por el espacio. Dos generaciones antes que E.O. Wilson, llegó a la conclusión:
Las hormigas son mucho más que meras máquinas de reflejos; son criaturas que actúan por sí mismas guiadas por recuerdos de experiencias individuales pasadas (ontogenéticas).
Mediante multitud de experimentos exquisitamente diseñados, descubrió que las hormigas, abejas y avispas aprenden, recuerdan y reconocen puntos de referencia para llegar a casa, en lugar de moverse por instinto sin sentido, como se creía hasta entonces. Observando y probando cómo las arañas de galería tejen y vuelven a tejer sus telarañas cuando son destruidas, desafió siglos de suposiciones sobre el instinto frente a la inteligencia al concluir que "un impulso instintivo impulsa a las arañas de galería a tejer telarañas de galería, pero los detalles de la construcción son producto de una acción inteligente".
Moody's Analytics ha encontrado 21 millones de "señales de alarma" asociadas a empresas ficticias que podrían utilizarse para posibilitar delitos financieros, desde directores antiguos a direcciones dudosas.
Por ejemplo, más de 2.200 empresas tienen directores de 123 años o más, a pesar de que el ser humano más viejo conocido vivió hasta los 122 años, según Richard Graham, director de Moody's Analytics, en un estudio publicado el lunes. Uno de los consejeros cotizados, de 942 años, habría nacido en el siglo XI.
La dirección atípica es sólo uno de los siete comportamientos clave destacados en la investigación, entre los que se incluyen el registro masivo, la inactividad y la propiedad circular. Aunque nuevas normativas en todo el mundo pretenden mejorar la transparencia de las sociedades ficticias, aún queda camino por recorrer, con 1,6 billones de dólares blanqueados anualmente, según datos de Moody's Analytics.
"Hoy en día, las organizaciones se enfrentan a una complejidad cada vez mayor a la hora de comprender las verdaderas estructuras de propiedad y detectar relaciones corporativas de riesgo", afirma Ted Datta, responsable de la práctica de cumplimiento de la normativa contra delitos financieros para Europa, África y América de Moody's Analytics. "Al detectar estas discrepancias, podemos dotar a los investigadores y analistas de las herramientas necesarias para investigar mejor el fraude".
Entre los hallazgos de su informe se incluye un fabricante textil y de ropa con sede en China que declaró ingresos de más de 2.000 millones de dólares en 2019, a pesar de tener un solo empleado. También hay miles de ejemplos de directores menores de cinco años y 22.000 entidades con domicilio social en las pirámides de Egipto. Mientras tanto, una persona ocupaba 5.751 cargos en 2.883 entidades diferentes.
El estudio analizó unos 472 millones de empresas en noviembre. El país con mayor número de empresas ficticias fue el Reino Unido, con casi 5 millones de banderas. Las empresas registradas en EE.UU. son las que tienen más avisos relacionados con anomalías financieras, con más de 1,25 millones. Panamá también es un punto caliente, con el 47% de las empresas en la jurisdicción dando la voz de alarma, aunque el número de registros anónimos se redujo a la mitad tras las investigaciones de los Papeles de Panamá.
Aunque las sociedades ficticias pueden tener fines legítimos, su opacidad se utiliza a menudo para ocultar actividades financieras delictivas, según Moody's Analytics. Otras señales de alarma en materia de gobernanza son el riesgo jurisdiccional, la propiedad efectiva final atípica y las anomalías financieras.
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