... gritan como monos sin saber que Nietzsche usó esa frase para ridiculizar esa forma de pensar de blandengues sumisos que aceptan el sufrimiento, que son tan tontos que se creen que sufrir tiene una recompensa.
#2 En el texto dicen "¿Sabías que entre la mitad y dos tercios del total de las legumbres que se venden en España vienen de fuera, principalmente de países americanos?". No tendrán datos fiables pero debe haber más importación que producto nacional. #3 Imagino que se refieren a comparar 1 Kg de legumbres con 1 Kg de carne de ternera. Para producir esa misma cantidad se emiten menos gases de efecto invernadero cultivando legumbres.
#6 Si te lees el artículo sugiere que la protección del medio amiente es un invento del socialismo. Y parece que se le olvida que Argentina es un país exportador de petróleo.
#76 "Si me quitan el 50% entro en pobreza." No defraudes y paga lo que es tu obligación tributaria y no entrarás en pobreza al ser sancionado.
La comparación del piso y la mansión es de lo más naif y estúpido que se puede hacer. Esto va de fraude fiscal, sus sanciones y responsabilidades. El palillo para la barra del bar.
#1 Pedantería de conocimientos. Uno se lanzó un farol y otro ha señalado que era un farol (y luego vende su libro o su cosa con la que se siente como niño con zapatos nuevos el Loev pero es otro tema)
#60 Las sanciones tributaras son un porcentaje del dinero defraudado así que no todas las sanciones son iguales. Si la infracción es leve la sanción es el 50% de lo defraudado. Si es grave entre el 50% y el 100% de lo defraudado y si es muy grave del 100% al 150% de lo defraudado. Por lo que las sanciones no son las mismas para todos los ciudadanos. Esto no es una multa por aparcar en doble fila.
#25 La casualidad es que las rentas bajas no pueden pagarse un asesor fiscal que le interponga tropecientas sociedades pantalla con testaferros en paraísos fiscales para que sea imposible rastrear su patrimonio.
#2 puede que me equivoque, pero unas Fuerzas Armadas bien equipadas suponen un factor disuasorio en la política internacional y en la defensa del territorio. Llámeme usted loco.
#2 Si le hace falta verificar la edad para entrar a una web, es que no debería estar usando esa web.
La verificación se hace para saber si eres "mayor de", no le van a restringir en un sitio para niños. Ergo, no necesita teléfono.
#35 mi hijo de 5 años va a una escuela pública y mi mujer trabaja en un instituto público de secundaria. En casa estamos asustados del bajo nivel que se está impartiendo por parte de algunos docentes y la filosofía de proyectos que están adquiriendo los centros.
Trabajamos mucho las matemáticas y la lectura porque el nivel que llegan al instituto es horroroso. (nos hemos planteado cambiar a uno concertado de al lado de casa que tiene buen nivel pero no hemos echo el paso porque creemos en el concepto de escuela pública).
Yo creo que están priorizando la felicidad de los niños a su aprendizaje. Luego de grandes les vendrán las hostias.
Lo del idioma en nuestro caso no vemos problema. Los migrantes hablan los dos idiomas sin problemas en nuestra comarca y en la que trabaja mi mujer. Desconozco la situación en zonas de muy alta presión de migración.
Pero ya te digo, mi hijo va con Indios, marroquíes y sudamericanos. Los niños en la entrada y salida de la escuela hablan entre ellos en catalán o español sin problemas y a la perfección.
No olvidemos que la enseñanza ha de recaer en los docentes y no en los padres. Hay muchos padres que no tienen el conocimiento para ayudar a sus hijos.
#6 Con el que sobra de dejar de pagarle a los jueces que se niegan a cumplir la ley en el cgpj o con lo que se recaude de los impuestos que se niega a cobrar Ayuso por poner 2 ejemplos.
#3 No digo que no tengan dificultados pero siento que siempre se hace foco al origen; que no puede cambiarse, si eres inmigrantes pues es algo "fijo", pero nunca de la situación económica de la familia y el tiempo disponible que tienen para estar con sus hijos. Cosa que sí puede cambiar y se puede ayudar.
... gritan como monos sin saber que Nietzsche usó esa frase para ridiculizar esa forma de pensar de blandengues sumisos que aceptan el sufrimiento, que son tan tontos que se creen que sufrir tiene una recompensa.