Josh Mattingly acosó hace unos meses a una trabajadora de la industria que no ha querido dar su verdadero nombre y que se ha ocultado tras un seudónimo por miedo a que su carrera laboral se viese afectada. Es la víctima de un acoso sexual y, aún así, teme que se la culpe a ella porque no sería la primera vez que ocurre. Culpabilizar a la víctima, insinuar que se lo ha buscado o que ha dado pie al acosador, es una práctica habitual tanto dentro como fuera de la industria. Se llama rape culture y es un problema muy serio. El principal escollo que
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