La otra noche nos juntamos un grupo de treintañeros, algunos con hijos, y un niño que nos oyó hablar le preguntó a su madre qué era eso de la izquierda y la derecha. Ella se lo quitó de encima con bastante tacto: «Corre a preguntarle a tu padre, que la mamá está ocupada». En ese momento lo agradecí (para qué os voy a engañar). Pero luego, antes de dormir me quedé cavilando qué le habría respondido al chaval.
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Una mamá de izquierdas diría a sus diez hijos: "Voy a salir. En la nevera hay diez bocadillos. Merendad un bocata cada uno".
Una mamá de derechas diría sus diez hijos: "Voy a salir. En la nevera hay diez bocadillos. Arreglaos como queráis".
Izquierda: Intentaremos que no se jodan mucho los pobres, que ya bastante tienen con lo que tienen.
Yo iría más a por el conservadurismo.
Vaya por delante que yo soy de izquierdas, pero esa madre está desde ya condicionando una ideología a su hijo. Estoy segura que una madre de derechas le hablaría de otras cosas: moralidad, valores tradicionales, estructura de las clases sociales y la necesidad de mantenerla... Y no digo que yo estuviera de acuerdo con ella, que no. Pero creo que, en cuestiones de ideología, al igual que en creencias religiosas, hay que ser objetiva a la hora de explicar a los niños y dejar que ellos saquen sus propias conclusiones.
La moralidad, la ética, el respeto y los derechos humanos sí se pueden enseñar en casa, y según le enmseñes estas cosas o no, así escogerá entre sus opciones en el futuro. Pero no me parece bien meter ideología política en las cabecitas tan pronto.