Actualidad y sociedad
9 meneos
116 clics

Invisibles, pero esenciales: los trabajadores que no reciben aplausos

Pablo se levanta todas las mañanas a las seis de la mañana y lo primero que hace es ponerse a cocinar el almuerzo; una tarta, fideos, arroz con tuco o milanesas. Después se prepara unos mates, come un par de tostadas con dulce y se despide de Valentina, su hija de ocho años, con un beso en la frente, mientras la nena continua durmiendo. Al salir de su casa se asegura de pasar al lado de la ventana de su vecina, una señora mayor que a esa hora se encuentra preparando el desayuno para su marido, y recordarle que su nena queda durmiendo. Un par de

| etiquetas: aplausos , trabajadores

menéame