Lo primero es lo primero, la Inquisición no tenía torturadores ni verdugos propios, por lo que para las torturas tenían que utilizar al verdugo de la justicia civil, que era también la persona que administraba los tormentos. En cuanto a las ejecuciones, la Inquisición podía dictar sentencias de muerte, pero no podía llevar a cabo ejecuciones, por lo que los condenados a muerte eran entregados a la justicia ordinaria para que las autoridades civiles los ejecutaran. Esta clase de sentencia se llamaba «relajar al brazo secular” (...)
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Y que a los menores de catorze años, y a los mayores de sesenta, y a los debilitados, aun en los casos que no pueden ser atormentados, bene tamen possunt terreri es común de Farinacio, y de los que cita di quaest. 41 num. 104 et seqq. Anton. Gom. 3 variar. cap. 13 num. 4 .
Y a don Pedro sólo le sacaron el potro, sin que se hiziesse otra diligencia, y está puesto por fe, y esto es aun el modo más ligero de terreri, Farin. q. 38 n.40
Diego de Valdés les dijo a los inquisidores que el manuscrito no era suyo sino de su hermano Alfonso, y que él simplemente lo estaba guardando. Su hermano Alfonso era secretario de cartas latinas del César Carlos, posición con poder y relevancia social, que por más señas en ese momento estaba en Viena.
Esa respuesta tan evidentemente escurrebultos ha sido el principal fundamento de la atribución de la obra ("Diálogo de Mercurio y Carón") a Alfonso de Valdés.
Y no, que nadie me venga con tecnicismos chorras de que a Cayetano Ripoll no lo ejecutó la inquisición, sino lo mismo pero con otro nombre, el de "Junta de Fe".... En 1826 ¡Manda eggs!
El Lazarillo, y también su continuación vulgarmente llamada Lazarillo de Amberes o Lazarillo de los atunes, fue prohibida por la Inquisición en el año 1559, ya en la primera edición del Index Librorum Prohibitorum.
La obra, aun estando proscrita, se seguía imprimiendo fuera de las Españas e importando, así que la Inquisición decidió, en su pragmatismo, autorizar una versión censurada que apareció en 1573. En esa edición estaban eliminados por entero el capítulo IV (brevísimo capítulo sobre el fraile de la Merced), y el capítulo V (el muy extenso capítulo sobre el buldero), además de varios pasajes poco conformes con la heterodoxia católica. El Lazarillo no pudo ser leído íntegro en España hasta el año 1834, con la definitiva desaparición de la Inquisición y su Index.
El ejemplo es completamente trivial pero altamente ilustrativo. A partir de esa versión censurada apareció un género literario completo, la novela picaresca, perfectamente ejemplificada con novelas como el Guzmán de Alfarache, el Buscón, o El escudero Marcos de Obregón..
Fue mucho peor la caza de brujas en centroeuropa, al menos con la inquisición tenías derecho a un juicio.
Recomiendo la lectura de las Actas, están todas traducidas y publicadas
Hay gente de esa hoy que sigue pensando que la brujería es real y está detrás de lo malo que les pasa, y que desde luego si les dejaran a ellos quemarían a tarotistas y gente similar.