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Los dos gladiadores enemistados a muerte que hicieron las paces en la arena y el emperador les otorgó la libertad

Los dos gladiadores enemistados a muerte que hicieron las paces en la arena y el emperador les otorgó la libertad

Cuando se inauguró el Coliseo a finales del siglo I la inauguración fue algo nunca antes visto en la tierra, miles de soldados desfilaron por las calles, más de 9000 animales exóticos fueron masacrados en distintos eventos, cientos de esclavos cayeron ante las espadas de los gladiadores y varios duelos entre gladiadores veteranos tuvieron lugar. Sin embargo, el público esperaba con ansias un duelo en particular. Un duelo entre dos gladiadores veteranos, con varias victorias sobre sus hombros.

| etiquetas: gladiadores , muerte , priscus , veru
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Comentarios destacados:                
#5 #3

Los gladiadores eran activos valiosos de su dueño, muy caros de mantener. Por lo general no morían aunque perdieran (salvo que el pagaba los juegos estuviera dispuesto a desembolsar ese gasto)

Otra cosa eran los condenados a muerte en el circo, que no solían salir por su propio pie aunque mira, uno de los protagonistas sí lo hizo.
  1. Como para ser animalista estaba la cosa.
  2. Pues parece que no estaban enemistados a muerte.
  3. Un duelo entre dos gladiadores veteranos, con varias victorias sobre sus hombros.

    Me parece que los gladiadores solo acumulaban victorias. :shit:
  4. Interesante, aquí también si eras de 2a morías pero si eras galáctico no te tocaban mucho no fuese a ser que se les acabase el chollo... por lo que veo galácticos ya existían en aquella época.
  5. #3

    Los gladiadores eran activos valiosos de su dueño, muy caros de mantener. Por lo general no morían aunque perdieran (salvo que el pagaba los juegos estuviera dispuesto a desembolsar ese gasto)

    Otra cosa eran los condenados a muerte en el circo, que no solían salir por su propio pie aunque mira, uno de los protagonistas sí lo hizo.
  6. #5 Touché.
  7. Me tocan las narices estos artículos cortos donde los "antecendentes" ocupan más que el tema principal enunciado.
  8. Lo único que queda del circo romano son: Los toros, morir y matar en la arena.
  9. #8 Y aparte de eso, ¿qué nos han dado los romanos?
  10. El primer amaño deportivo de la historia...
  11. #4 De hecho, los de ahora no son más que una sombra de los de antes...

    hdnh.es/diocles-el-deportista-mejor-pagado-de-la-historia/
  12. #9 El acueducto, el alcantarillado, las carreteras, la irrigación, la sanidad, la enseñanza... y el vino!! xD xD xD xD

    www.youtube.com/watch?v=8NtomWTin3Y
  13. #1 Eran malos tiempos, y no te digo na si encima eras vegano y te llamabas Tofus Máximus
  14. ¡Película ya! Que paso de leerme un artículo tan largo...
  15. #10 lo dudo, seguro que existen amaños de antes, las primeras olimpiadas fueron en el 776 AC
  16. #5 El que pagaba era el emperador, así que perdonarles le salia a cuenta. :roll:

    Ave, Caesar, morituri te salutant
  17. #3 como ha comentado otro usuario, los combates normalmente no eran a muerte
  18. #2 mejor historia de amor que crepusculo
  19. #11 Pues el cambio actual de los sestercios no me parece muy lógico. ¿13600 millones de euros da para pagar un ejército como el romano dos meses solamente?
  20. #12 los calamares cc #9
  21. #12 ¿Que nos han traído los romanos además del acueducto, el alcantarillado, las carreteras, la irrigación, la sanidad, la enseñanza... y el vino?
    ¿Eh? ¿Que más nos han traído? :troll: :troll:
  22. #16 No es tanto cuestión de dinero sino que incluso el emperador se debía a su populacho. Si la gente consideraba que un buen gladiador había sido eliminado de forma inmerecida podía acarrear consecuencias importantes. Un gobernante impopular es un gigante con pies de barro.

    www.youtube.com/watch?v=s6v-bUY_wS8&feature=youtu.be&t=1m32s <- Esta escena, aunque esta claro una pelicula y tal, es un posible ejemplo de que incluso los mas poderosos intentaban no enfadar al populacho si era posible.
  23. #14 Y a todos nos interesa tu escasa capacidad de concentracion/atencion.

    Si no quieres leerlo, no lo leas. Ya es lo que faltaba, que se criticaran los textos largos por ser largos. Ya si eso ponemos solos tuits, gifs o videos chorras.
  24. #22 Supongo que habrás visitado Italia. Yo no me canso. Pasear por el Palatino en Roma es viajar en el tiempo.
  25. #23 lo he leído entero, me parece mejor argumento que Gladiator de Ridley Scott, de ahí lo de !Pelicula ya¡

    El resto era una burla a la gente que le recomiendas un libro y te dice que mejor se espera a que salga la película.

    Iba a poner el emoticono de :troll: pero quería comprobar si alguien no se había tomado su all-bran esta mañana :troll:
  26. #24 Sí. Hace muchos años. Muchos. Suficientes como para recordar haber subido a la torre de Pisa antes de que la cerrasen al público. Aún así tengo grandes recuerdos de Italia, en especial la mitad norte.
  27. #13 Pessima iocus
  28. #12 La paz

    jajaj que bueno
  29. El primer combate de pressing catch.
  30. #3 #5 #17 Es lo que cuenta el artículo...
  31. #26 Recuerdo cuando la cerraron al público... Ya me he quitado esa espinita. Maravillosa Pisa, pero sin dejar de visitar Lucca para poner en contexto el estilo Pisano. Recomiendo el ferry de Barcelona a Chivitavechia (Roma) Un día de barco en el que por 500€ te quitas 1300 Km de autopistas de peaje. Maravilloso, especialmente a la vuelta. El próximo plan es cogerlo a la ida y luego otro en Brindisi para pasar a Grecia. Imagínate, desde Barcelona son 600 Km de coche y te plantas en Grecia, y ello incluye visita a Estambul :roll:
  32. Esta historia está muy bien contada en el libro de Santiago Posteguillo "Los asesinos del emperador". Un libro que recomiendo leer por su gran recreación histórica de esa época.
  33. #9 Disidente!!!
  34. #13 o Pijus Magníficus.
  35. #24 Pues no te digo nada de Pompeya o Herculano. Eso sí que es viajar en el tiempo...
  36. #35 Herculano me impresionó mas que Pompeya, es un agujero de 15 metros en medio de un pueblo de donde sale una ciudad intacta. Por cierto, la primera excavación fue española :shit:

    En el Palatino es donde estaba el palacio imperial, el centro del imperio, y están intactos los pasillos donde los pretorianos encontraron a Claudio escondido, y le hicieron emperador. La peña suele centrarse en el Foro romano y quizás por ello el Palatino me pillo por sorpresa.  media
  37. #32 Gran libro. Según entendí era la primera parte de una trilogía de Trajano de la que nunca más se supo. Quizás Posteguillo todavía trabaje en la segunda parte, pero hace ya años que lo leí y nada...
  38. #36 Antes el Foro era gratuito y para entrar en el Palatino tenías que pagar, de ahí que casi no hubiese nadie. Pero la última vez que fui habían unificado Foro y Palatino en una misma entrada, por lo que el Palatino ya estaba masificado...
  39. #36 Sí, Pompeya tiene más fama al estar descubierta prácticamente en su totalidad, pero el nivel de conservación de Herculano es impresionante. Es una lástima que no excaven más, pero claro, hay un pueblo encima.
  40. La historia termina cuando ambos gladiadores coinciden en la salida del Coliseo y se funden en un largo y apasionado beso
    Todo había sido un montaje. Eran amantes desde hacía dos años
  41. La trilogía de Santiago ya esta terminada y es genial, al igual que la otra que tiene Santiago de Escipion.
  42. #37 La trilogía ya está finalizada y a la venta, los libros son, en este orden:
    - Los asesinos del Emperador.
    - Circo Máximo.
    - La legión perdida.

    Son unos libros que me han enganchado a la lectura como pocos lo habían hecho anteriormente, con decirte que empecé Los asesinos del Emperador en Navidades y ya voy por el final de Circo Máximo...
  43. #42 ¡Mil gracias! A por ellos de cabeza.
  44. #15 corrijo: El primer amaño deportivo documentado de la historia.
  45. #9 ¡ Las orgías!
  46. #41 Santiago de Escipion. Buen escritor, mejor persona. :troll:
  47. #27 Joder, pues me acabo de dar cuenta de que 'joke' (en inglés) viene del latín.
  48. Tongo tongo tongo!!!!!
  49. #28 ¿¡ La paz !? ¡Que te folle un pez

    -John Cleese dixit
  50. #14 #23 #25 #32 Sobre este combate histórico entre estos dos gladiadores hay un documental producido por la BBC: "Coliseo: Ruedo mortal de Roma".

    www.filmaffinity.com/es/film253840.html

    Curiosamente han borrado los dos vídeos que había con doblaje en castellano de youtube, pero han dejado la versión inglesa:
    www.youtube.com/watch?v=OCe4bmzSg5E

    En el emule esta en castellano
  51. #40 ¿Te gustan las películas de gladiadores?

    www.youtube.com/watch?v=MVY9SDr90_k
  52. #19 A mí tampoco me cuadra. Una búsqueda rápida me da que un sestercio eran 2,5 gramos de plata, que ahora mismo está a 513 €/kg, por lo que un sestercio serían 1,2825 €. Si este hombre reunió una fortuna de 35.863.120 sestercios, serían unos 46 millones de euros.

    Claro que en aquella época la plata tenía un valor con respecto al oro mucho mayor que hoy en día. Según leo un sestercio valía la centésima parte de un áureo, que eran unos 7 gramos de oro. Ahora mismo el oro está en 36.340 €/kg, lo que nos da un valor de 254,38 € el áureo, y por tanto 2,5438 € el sestercio y una fortuna de 91 millones de euros.

    No está mal, pero quedan muy lejos de esos 13.600 millones. Claro que yo sólo he calculado el valor de las monedas según su masa, habría que considerar los precios relativos de los productos de la época, y eso ya si que no sé como calcularlo.
  53. #16

    ¿y en la época republicana? ¿y en los juegos que se hacían fuera de Roma?
  54. #48 Jocosa apreciación :troll:
  55. #55 La época republicana era una dictadura de la aristocracia, quienes odiaban la monarquía y al final terminaron tragando con los emperadores.

    No se hasta que punto los emperadores pagaban también los espectáculos fuera de Roma, pero ten por seguro que si lo harían subalternos en su nombre, gobernantes cuyo poder emana del emperador.

    Te recomiendo visitar Mérida, que da para dos/tres días completos y el circo tiene un buen centro de interpretación donde ves que una carrera de Cuadriga en Mérida podía reunir a mas de 30,000 espectadores.
  56. ¡Premio Princeps Asturiarum de los Deportes!
  57. En los asesinos del emperador, el mejor libro español de la historia a mi criterio, lo narran asi.

    Y llegó el momento de los gladiadores profesionales. Marcio y Atilio se
    hicieron a un lado. Ya habían combatido algunas parejas, pero todos estaban
    esperando lo mismo y el momento acababa de llegar: allí estaba Prisco, un celta
    de la Galia, un esclavo que había sorprendido a su amo por su fortaleza y que fue
    comprado por el lanista del Ludus Magnus siguiendo su fino instinto, que le
    permitía detectar a los mejores luchadores incluso si éstos aún no habían sido
    entrenados; y Vero, un hombre libre de Moesia que se había hecho gladiador
    como único medio para conseguir fortuna y al que Cayo había adiestrado
    también durante los últimos años. Ambos salieron a la arena. Sí, Prisco y Vero
    eran sus mejores gladiadores: cosechaban decenas de victorias, apenas un par de
    missus cada uno —indultados por el pueblo por su destreza en el combate pese a
    haber sido derrotados— y ningún stans missus, indulto a ambos luchadores pese a
    que ninguno hubiera vencido. Esta última opción era muy rara y ningún luchador
    la consideraba como probable. Los gladiadores luchaban para conseguir la
    victoria o, en el peor de los casos, para batirse de la forma más digna y
    espectacular posible si veían que su adversario era mucho más poderoso, porque
    sólo mostrando valor más allá de su desesperación al sentirse inferiores podían
    conseguir que el público les perdonara cuando, al fin, el oponente les derrotara.

    Acontecía además que los missus de Prisco y Vero habían ocurrido en su primer
    año de combates, cuando eran más inexpertos en la arena. Desde entonces sus
    participaciones en cualquiera de los munera [juegos gladiatorios] se contaban
    sólo por victorias, claro que nunca habían combatido el uno frente al otro. Su
    popularidad, por un lado, y el entrenarse en el mismo colegio de gladiadores, por
    otro, les había hecho sentir respeto primero el uno por el otro y, por fin, compartir
    noches de orgía con más de una patricia romana caprichosa y rica que podía
    permitirse y acer con los mejores luchadores de Roma. De ahí a la amistad
    quedaba poco camino que recorrer, por eso cuando se anunció que en la
    inauguración del gigantesco anfiteatro Flavio iban a enfrentarse el uno contra el
    otro, aquello se convirtió en el evento más esperado por todos los asistentes a
    aquella impresionante jornada de combates. Marcio y Atilio los vieron salir
    corriendo hasta situarse en el centro de la arena pero próximos al…   » ver todo el comentario
  58. Vero embistió a Prisco con su
    hombro sano. Ambos rodaron por el suelo. Se levantaron, se miraron. Prisco
    aceptó el nuevo reto y empezó un combate a puñetazos, sin tregua, sin descanso.
    Una vez más el público del anfiteatro Flavio bramó como bestias salvajes.
    Aquellos gladiadores iban a luchar hasta el final, como fuera, con los puños, a
    mordiscos, a puntapiés, como hiciera falta, atentos sólo a una única norma:
    luchar siempre en igualdad de condiciones. La tenacidad empapada de tanta
    nobleza les admiró a todos. Los puñetazos no por no tener filo eran menos
    peligrosos. Vero no lo dudó y golpeó en dos ocasiones el muslo de la pierna
    herida de su contrincante, mientras que Prisco le devolvió aquel ardid con un
    poderoso puñetazo en su hombro sangrante. Los dos aullaron de dolor. Tuvieron
    que detenerse para recuperar el aliento. Estaban agotados, se miraban jadeantes
    mientras giraban sobre un punto imaginario en el centro de la arena del anfiteatro
    Flavio. Vero volvió a golpear a Prisco y éste cayó de rodillas, pero en su caída se
    abrazó a Vero y lo arrastró al suelo. Se revolvieron en la arena y continuaron
    pegándose, hasta que rodando quedaron separados por dos pasos de distancia el
    uno del otro: Prisco boca abajo, Vero mirando al cielo del mundo. Habían
    sangrado demasiado, estaban totalmente exhaustos. Prisco consiguió ponerse de
    rodillas. Vero intentó incorporarse pero parecía no poder conseguirlo, aun así
    rugió con rabia y se alzó de nuevo, sentado primero y luego en pie. Prisco hizo lo
    propio. Tambaleantes se volvieron a encarar el uno contra el otro y, una vez más,
    intercambiaron varios puñetazos que surcaron el aire sin alcanzar su objetivo,
    hasta que el puño de Prisco impactó en el mentón de Vero y éste volvió a caer.
    Desde el suelo, Vero trabó con las piernas a Prisco y le derribó también,
    aprovechando para darle un puntapié en la herida de la pierna derecha. Los dos
    se retorcieron de dolor sobre la arena. El juez del combate, el público, el
    emperador, todos contemplaron la escena atónitos. Y volvieron a levantarse y
    volvieron a golpearse y volvieron a caer de nuevo. Y así una y otra vez. La
    noche cayó sobre Roma y se encendieron miles de antorchas en el anfiteatro
    Flavio. Se les volvió a ofrecer comida pero ambos la rechazaron. Sólo querían
    combatir, estaban como cegados por la lucha misma, y seguían y seguían... El
    pueblo de Roma empezó a aclamarlos a los dos por igual, como habían hecho
    antes, pero ahora aún con más intensidad, con vítores en honor de ambos hasta
    que empezaron a pedir, desde las caveas inferiores de los ricos hasta las caveas
    más altas de los pobres, los libertos, los esclavos y las mujeres, la libertad para
    dos gladiadores que habían luchado como nunca antes se había visto en Roma. Y
    el emperador Tito se levantó en el palco imperial alzando los brazos y el juez se
    interpuso entre Prisco y Vero y todo se detuvo.

    Inuentus tamen est finis discriminis aequi:
    pugnauere pares, subcubuere pares.
    Misit utrique rudes et palmas Caesar utrique:
    hoc pretium uirtus ingeniosa tulit.
    Contigit hoc nullo nisi te sub principe, Caesar:
    cum duo pugnarent, victor uterque fuit.

    [Se llegó al fin de un combate igualado:
    lucharon iguales, se rindieron a la par.
    El César envió a uno y a otro el bastón de la licencia,
    y a uno y a otro las palmas de la victoria.
    Tal fue el premio de su valor denodado.
    Un hecho semejante no se había visto sino en tu reinado, oh César:
    que luchando dos, quedaron vencedores ambos.]
  59. #9 Odio cuando contestan a un comentario mío y se lleva un kilo de positivos. Te odio.
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