Las pantallas de móviles, ordenadores o televisión se han hecho imprescindibles en nuestras vidas, y más aún durante la pandemia. Pero no siempre es fácil trazar la frontera que separa el uso del abuso, sobre todo entre los más jóvenes. Los datos oficiales dicen que un 18 por ciento de adolescentes con edades entre 14 y 18 años las utilizan de forma abusiva, con riesgo de caer en la adicción.
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Eso de "adicción" a las pantallas sin considerar que se está haciendo a cada momento (comentarios chorras en redes durante horas o escribir una novela o el código de una aplicación o jugar a la misma cosa monótona o mirar vídeos de JL. Camacho o leer papers y seguir un curso) porque tantas cosas se puedan realizar con la misma herramienta solo muestra una simplificación y un juicio superficial de la realidad. Y eso lleva irremediablemente a malas decisiones y en lugar de orientar la actividad el querer limitar o prohibir toda actividad o incluso a prohibir algunas actividad muy productivas y constructivas porque requieran más tiempo sde dedicación que las menos constructivas
En mi insti, incluso los de la ESO (que lo tienen expresamente prohibido por el reglamento del centro) lo llevan en la mochila. Y ojo con llamarles la atención que los padres te ladran a la cara sin ninguna vergüenza. Ya he tenido que soportar a unos cuantos con amenazas de denuncia...