Cultura y divulgación
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Rápido y hacia arriba: cómo el ascensor lo cambió todo

En 1857, se instaló el primer ascensor a vapor para pasajeros en el nuevo Edificio EV Haughwout en Broadway, en Nueva York. La tienda de departamentos vendía porcelana, cristal, plata y candelabros y lucía su fachada inspirada en la de la biblioteca de San Marcos, en Venecia. En cuanto al ascensor, era un lujo: el Edificio Haughwout, felizmente restaurado al día de hoy, sólo tenía cinco pisos, la altura máxima típica de los edificios comerciales y residenciales antes del advenimiento del ascensor fiable del señor Otis.

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