Los científicos tampoco saben cómo los grandes blancos se ponen manos a la obra - de hecho, su comportamiento de apareamiento nunca ha sido observado - como es el caso de la mayoría de otras especies de tiburones. "Observar el apareamiento del tiburón blanco es aún más difícil que en otras especies, porque los tiburones blancos son muy raros, es peligroso estar en el agua con ellos fuera de una jaula, y a menudo se encuentran en lugares donde el agua está fría y turbia", dice Domeier.
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