Cultura y divulgación
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Un tranvía, un reloj y la teoría de la relatividad

En 1905, en Berna, Suiza, Albert Einstein se dirigía a casa en el tranvía pensando en sus cosas cuando la visión de la torre del reloj de Berna cambió su mente y con ello cambió también el mundo. El genio estaba dándole vueltas a cómo cuadrar las piezas del puzle que tenía en la cabeza y que mezclaba sus ideas sobre la velocidad de la luz con las leyes tradicionales de la física newtoniana. No encajaban las piezas y las paradojas se sucedían en sus razonamientos, llevándole a la desesperación. Al mirar al reloj de la torre, y quizás por esas

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