La literatura elitista no existe, porque, nos guste o no, toda la literatura lo es. Hay, sí, desde luego, distintos grados de complejidad: nadie duda de que leer el Ulises es más arduo que leer Cien años de soledad. Pero pretender la existencia de una literatura elitista es lo mismo que afirmar que existe una matemática elitista o una medicina elitista o una astrofísica elitista. Criticar a Joyce por lo difícil que es leer sus libros es como criticar a Einstein por lo difícil que es entender la teoría de la relatividad.
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Vamos, tampoco me parece un artículo que vaya a revolucionar la historia de la crítica literaria pero me ha parecido que merecía la pena. Me alegro de que te haya interesado.
Y hay lectores que eligen a estos autores únicamente para poder decir "Que va, que va! Que yo leo a Kierkegaard!" o similares.
Quería decirte que no estoy completamente de acuerdo contigo. A ver si consigo explicarme. No digo yo que no haya autores como los que tú mencionas, porque gilipollas hay en todas partes, que no escriban a propósito "difícil" para solo ser entendidos por una minoría.
Pero no creo que sean los más. En el caso de Joyce, si bien parece cierto que sabía que su obra solo iba a estar al alcance de unos pocos, no creo que fuera por una decisión voluntaria de buscar a un determinado tipo de lector sino, más bien, como resultado de su compromiso ineludible con el lenguaje, el único lector implícito que a cualquier autor honesto le interesa.
Es cierto que hay mucho novelista que cuando hace promoción dice que a la hora de ponerse a escribir piensa en tal o cual tipo de lector. Qué quieres que te diga, a mí me parecen o mentirosos o pusilánimes. Conocí a un tipo que decía que nunca escribiría nada que pudiera avergonzar a su madre. Pues lo mismo, si empiezas así, mejor no empieces.
En resumen, pienso que el supuesto "elitismo" es más bien una consecuencia de la constante búsqueda de ampliación de los límites de la lengua a la que todo escritor digno de tal nombre se enfrenta en sus obras, más que una condición apriorística. Y, por otra parte, en toda obra literaria de calidad se plantea un reto al lector: la apropiación de códigos que, en cierta medida, le resultan inéditos; la transmisión de esa tensión a la que el autor ha sometido a la lengua. Nadie nos obliga a leer ningún tipo de libro y es cierto que algunos requieren más esfuerzo que otros, como sucede con todo tipo de arte a cierto nivel de calidad pero cuando te apropias del código de cierto tipo de obras mayores, el lenguaje se vuelve transparente, la lectura se hace fácil y alcanzamos con el autor los bordes de una frontera que antes estaba más atrás.
Al menos, así es como yo lo veo.